Si hay algo que se debe hacer cuando se viaja es partir a cada destino con tiempo de sobra.
La mañana del 11 de Julio nos levantamos bien temprano, desayunamos y partimos caminando a la estación de tren. Estos son los momentos que uno dice porque me traje valijas y no mochila, creo que caminamos unas 15 cuadras con éstas. Tendríamos que haber tomado el metro pero el mapa de las líneas eran demasiados complicados y además el tiempo era suficiente. Igualmente el problema vino que decidí tomar un atajo, que terminó generando una serie de consultas a cada transeunte que pasaba al lado nuestro. Llegamos con sólo 10 minutos de partida del tren miro las pantallas y no veía el tren a Pilsen. Luego de consultar en la oficina de Informes, fuimos al andén correspondiente. El tren que nos tocó era un tren antiguo pero cómodo, luego de viajar durante 1 hora 40 minutos llegamos a destino. Ya estabamos en la estación de tren de la ciudad de Pilsen.
Le preguntamos una señora por la fábrica de Pilsen Urquell, nosé si se asustó con mi inglés pero no entendía nada de lo que decía. En fin, salimos de la estación, caminamos derecho hasta la calle, doblamos a la derecha, cruzando el puente férreo, caminamos 2 cuadras y la fábrica aparecía imponente allí, subimos por un puente peatonal y estabamos en el lugar de mis sueños: La Cervecería Pilsen Urquell.
Adentro, en la recepción preguntamos por visitas en español, la respuesta fue un rotundo No, pero me ofrecían en checo, alemán o inglés. Muy a pesar de mi novia, tomamos este. Mientras esperamos me puse a mirar los equipos de "cotillón", y merchandasing.
La visita transcurre en un bus que primero te lleva al sector de embotellado y llenado de Kegs. Luego se retorna al bus y te lleva la planta, te muestran un video espectacular, pasas por un sector donde tenes todos los ingredientes de la cerveza, donde podes tocarlos, olerlos y comerlos.
Luego pasas al museo donde están los equipos "antiguos" aunque por una ventana ves los equipos modernos y por fin el recorrido sigue a los famosos sótanos. Sótanos que miden linealmente 5 km, ahí se fermentaban las cervezas en barricas abiertas, sólo utilizadas en la actualidad para el turismo, pero sí están las barricas de madera donde se maduran actualmente la auténtica Pilsen, y el postre para el final, tomarte un vaso de cerveza pinchada del barril "en vivo" y sin filtrar. Bien vale este viaje para vicir este momento.
Al salir del museo, comimos en los jardines de la fábrica, grueso error la elección pedimos una suerte de chorizos parrilleros acompañados con un puré que en la previa parecía papa, nosé lo que era pero sí ultrapicante. Unas fotos en el Río de Pilsen y a esperar el tren a Munich.
Anécdota: en la espera en la estación decidí ir a orinar al baño de la misma, lo gracioso que según lo que irías a hacer en el baño te cobraban diferente valor, luego de orinar como todo buen samaritano me fui a lavar las manos, Uf, entró la señora que me cobró y me dijo en checo a mi entender una terrible puteada porque sólo había pagado para orinar y no para lavarme las manos, ¡ese era otro precio!
Para El Gran Cervecero
Javier Schaerer
Muy buena la nota de Pilsen, como comentario de color se podria decir que la rubia que hace de guia en ingles estaba mas buena que la Urquell sin pausteurizar directa de barril
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